jueves, junio 01, 2006

Schadenfreude

José Javier Rojas


Felicidad: Sensación agradable que nace de contemplar la miseria ajena
Ambrosio Bierce, Diccionario del Diablo

Quien recuerde el partido Corea-Italia del Mundial pasado, quizá no recuerde que ganó Corea, pero de seguro recordará que perdió Italia contra "unos chinitos flacos". Al menos frente a las pantallas de TV en Caracas y Valencia, me consta que a los infatuados pavitos ricos y a las jevitas (más ricas y más infatuadas, evidentemente, sobra la aclaración) con la camiseta azul la cara se les puso idem, y se pusieron todos tan chiquititititos, que al final parecían pitufos.

En nuestro deporte nacional no cuatrienal, los caraquistas no disfrutan tanto que gane el Caracas como que pierda el Magallanes. Los magallaneros no disfrutan tanto ganar como ver perder al Caracas, con quién sea y cómo sea, incluyendo que le invaliden carreras. En mala hora se titularon los Leones Campeones del Caribe de la pelota rentada: no pasaron dos días cuando en la calle rodaban los rumores de que el potentado Cisneros había sacado la chequera cual organillero y puso a bailar a propios y extraños. ¡Porca miseria!

Cuando Siniestro Total nos molía de la risa con aquello de "Bailaré sobre tu Tumba", lo que no sabíamos era que venían completamente en serio, porque no hay nada que refresque tanto nuestras quemaduras como las bardas y las barbas del vecino ardiendo. Recientemente, la obstrucción de la precaria vía de emergencia con el litoral y la muerte de un alto prelado de la iglesia venezolana resultó en mal disimulados regustos y relamidos placeres mezquinos que harían ruborizar de orgullo paterno al famoso Marqués autor de Justine. Como para acompañar con un chianti y fabada ¡Zape!

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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4:37 p. m.  

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